jueves, 7 de abril de 2011

MAPA MENTAL Y RELACIÓN DEL PERSONAJE


    LO FEO DE HOY

         


                RELACIÓN CON EL PERSONAJE KLAUS KINSKI 



LO FEO DE HOY VISTO A TRAVÉS DE KLAUS KINSKI

En presente ensayo pretende analizar el concepto de lo feo de hoy a través de su comparación con el actor alemán de la posguerra Klaus kinski, con el fin de dar solución a este problema analizaremos la vida del actor y la contrastaremos con las conceptualizaciones que conforman el constructor de lo de feo de hoy.

El actor alemán Klaus Kinski o Nikolaus Karl Günther Nakszynski (n. el 18 de octubre de 1926 en Sotop, Ciudad libre de Dánzig  f. el 23 de noviembre de 1991 en Lagunitas, California) Sirvió como paracaidista en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial movilizado forzosamente por las Juventudes Hitlerianas. Muy al comienzo de la guerra fue hecho prisionero en Holanda y pasó el resto de la guerra en un campo de prisioneros en Inglaterra, donde aprendió inglés y teatro improvisado para prisioneros.Al finalizar la guerra, empieza a actuar en obras de teatro con una troupe ambulante, cobrando fama por su dicción impecable del alemán y la pasión declamatoria poco tradicional a los estilos dramáticos de generaciones anteriores con sus monólogos de William Shakespeare y del patriarca y prócer de los poetas malditos, François Villon, además de trabajar con grandes directores teatrales que inculcaron en él principios propios del teatro de la crueldad, abstracto y experimental prohibidos durante el nazismo y conceptos de la teoría de la representación que utiliza durante toda su carrera. Pero pronto pasó a la industria del cine, que consideró mucho más rentable, ya Klaus Kinski empieza a identificarse con el drama y demuestra su pasión por ciertos personajes, que generan exaltación y tensión esto nos apunta a su atracción por las cosas exageradas , llamativas y actos de gran controversia.

Poseedor de un carácter temperamental e irascible, sus actuaciones verdaderamente teatrales y sus personajes neuróticos, violentos e irritables, lo anterior nos lleva a concluir que el actor posee unas características de personalidad muy arraigadas y notables, de manera que el contexto formo el carácter de Klaus kinski, caracterizado por la existencia de grandes conflictos uno de ellos la Segunda Guerra Mundial; por consiguiente Klaus Kinski es consiente de su entorno marcado por la crisis del pensamiento Europeo y occidental, este carácter consiente lo impulsará a conocer la mentalidad de su público a través de su actuación en el escenario caracterizada por un estilo que expresa el deseo de liberar las pasiones y sentimientos.
Se estrenó en el cine en 1948, en el film Morituri. Actuó en un gran número de películas, casi todas ellas de ínfima categoría, como él mismo reconocía al no importarle las diferencias de calidad o profesionalidad para ser exigente. Llegó inclusive a pensar despectivamente y tener serias dudas sobre la excelencia del arte y medios artísticos en los que se empeñaba y sospechaba ser personalmente explotado al igual que su contemporáneo Marlon Brando también, de los que llegó a decir: "Soy una prostituta. Hago esta basura por el dinero, nada más." No obstante, algunas de ellas fueron películas importantes dentro de sus respectivos géneros, como Doctor Zhivago(David Lean, 1965) y Per qualche dollaro in più (Por unos pocos dólares más o La muerte tenía un precio, Sergio Leone, 1965).

Alcanzó cierto renombre con sus papeles de psicópatas y dementes, y llegó a ser de alguna manera estereotipado para ocupar dichos roles puesto que su exageración era un buen camino para eso papeles.Su participación en Angel (Venus in Furs o Paroxismus), en 1968, fue el punto de encuentro con uno de los directores con los que más conectó (quizá más que con Werner Herzog), Jesús Franco. Con el director madrileño trabó una gran amistad, quizá debido a la peculiaridad de ambos caracteres.
 Klaus Kinski cumple con todas las condiciones para llamar la atención del público y llevar manifestaciones, enfatizadas en el exorcismo de una fealdad mucho más penetrante, que nos aterroriza e incómoda que quisiéramos ignorar; por consiguiente el director español es uno de los pocos que recuerdan con placer a Kinski, afirmando que lo prefiere a él, con su locura y temperamento, que a Christopher Lee, por ejemplo, "demasiado señorito inglés". Otras películas que realizó con Franco fueron Jack the RipperEl conde Drácula y Justine (Deadly Sanctuary).
A principios de los años 1970 llevó a cabo una serie de polémicas presentaciones teatrales conocidas como Jesus Christus Erlöser o simplemente Jesus Tour, en las que enfrentaba abierta y hostilmente al público, se autoproclamaba el mesías e incitaba la reacción visceral del auditorio con toda suerte de provocaciones; cómo podemos ver esta clase de enfrentamientos causan un efecto donde este público se enfrenta a un drama desagradable, ejemplificado la contradicción del a acto y el mismo concepto de lo feo de hoy ya que la dualidad feo/bello se elimina por completo , un ejemplo de esta dualidad que al final termina siendo una unidad, se puede ver en el fin de Fitzcarraldo protagonizada por el mismo Klaus Kinski el cual da una primera impresión de pulcritud y belleza con su traje blanco que con el tiempo se torna demente y feo por los actos demenciales que expresa el personaje, como por ejemplo encerrarse en una iglesia y llamar la atención de los habitantes vecinos tocando sin para el campanario y gritando “Quiero una ópera”.

En conclusión Klaus representa claramente la definición de “lo feo de hoy” pues que su vida fluctúa constantemente en esta dualidad, puesto que a lo largo de su carrera a pesar de que represento lo desagradable para la época es aceptado incluso exaltado por sus contemporáneos.

 
COBRA VERDE1

                                               
FIZCARRALDO 2



1 http://image.toutlecine.com
2 http://3.bp.blogspot.com


 INTEGRANTES :TALLER UNIDAD II
CAROLINA RAMIREZ
JUAN SEBASTIAN GIL
YURI ALEJANDRA CORREA



martes, 15 de marzo de 2011

Ensayo reflexivo y critico: Klaus Kinski


ENSAYO REFLEXIVO Y CRÍTICO: KLAUS KINSKI

Klaus Kinski es un personaje, formado por unos rasgos emocionales  e impulsos inexplicables, que lo llevan hacer un actor lleno de energía, y en el momento de crear la composición de su personaje, su escenario y verse allí de tal manera que lo vuelva tan real  e intangible para las cámaras y el espectador; el éxito de sus papeles era esa adaptación de su personaje con su propia vida.

Para el alemán Nikolaus Karl Günther Nakszynski o Klaus Kinski, como es conocido en el mundo del estrellato, no fue fácil llegar a la actuación pues tuvo que pasar por una irrevocable “Segunda Guerra Mundial” que lo arrastró hasta Holanda como rehén, pasó el resto de la guerra prisionero en Inglaterra, donde aprendió teatro improvisado para prisioneros.

Su paso por la guerra influyo mucho en su estilo, pues muchos cineastas se involucraron en esta violencia creando así el terror en su producciones, pues el público se sintió identificado por lo vivido durante la guerra.

Por su experiencia de vida y su  forma de  ser, adquirió esa habilidad de realizarse de tal manera que  Kinski, que bebía en exceso, era un maníaco sexual que narró sus hazañas sexuales en una autobiografía llamada “Yo Necesito Amor”. A causa de la gran cantidad de papeles de loco y asesino que representó a lo largo de su carrera, y a su comportamiento obstinado y a menudo obsesivo, se le solía considerar un genio demente

Cabe resaltar que, por su estilo de actuación, Klaus Kinski entra en el movimiento kitsch; su ponderación, engrandecimiento y exageración hacían parte de su labor actoral formando así la imagen del reconocido Kinski. Tenemos como ejemplo sus películas La Cobra Verde  y La Guerra en la Ira de Dios donde se visualiza fácilmente su actuación, las tomas muestran sus rasgos y acciones más detalladas, se pueden ver como  algo desagradable pero que a la vez se puede aplicar lo repulsivo como atracción positiva, pues es algo que, a pesar de ser “repugnante”, es interesante conocer.

Klaus Kinski encajo perfectamente con el publico  encarnando esos personajes, con tanta dedicación y disciplina que tenía que iniciar con el guion 2 meses  antes, para ensayar cada detalle, movimiento, identificarse con esas actitudes, tono de voz; su formación corporal cambiaba totalmente, asemejándose cada vez más a ese personaje; en muchos momentos se le daba la oportunidad de improvisar y para el era muy fácil contextualizarse con el seguimiento de la película, para llegar hacer muy coherente en sus improvisaciones.

También se las daba de director y tenia enfrentamientos con el personal y el  director y Klaus se salía de control; cuando finalizaba el montaje de la película Klaus no dejaba de actuar como  ese personaje por lo menos 4 meses.Dejándonos como enseñanza la siguiente frase “Tu éxito es la fuerza de profundizar ese personaje y ser algo más que un actor si no hacerlo parte de  tu vida, y sensibilizar al público inmediatamente y esa forma ilimitada de explorarse así mismo con esos personajes”.

El personaje que representa Klaus Kinski, Conduce a través de su manera de vivir, de su existencia,  su intima exacerbación por con la vida desde una sinceridad brutal y conmovedora; como lo decía Baumgarten, ¨la comprensión y explicación del proceso cognoscitivo que tiene lugar a través de la sensibilidad en su manifestación y forma característica¨, es decir, el gusto y ambición que tenia Kinski por la actuación y el buen desempeño de sus papeles a través de una estética fundamental como un proceso de enriquecimiento.

Kinski a través de su entusiástico humanístico  produce sustanciales variaciones, produciendo un placer sensorial en el performance de sus actuaciones; convirtiéndose así, en un ser singular y capaz de hacer brotar por medio de la intuición y sus habilidades la perfección de lo mas inerte.

Kinski da un paso hacia adelante en la singularidad del individuo, poniendo su mente en un proceso de ingenio e imaginación causando la belleza del objeto artístico (personajes).
 A través de su extraño comportamiento, casi intolerable, como lo dice en ¨Yo necesito amor¨: ….soy como una bestia con uñas. Si no fuera actor, me habría convertido en asesino o mártir… y con una existencia de un hombre exasperado, a la búsqueda incansable de un afecto que jamás supo conseguir o conservar, y cuya ansiedad acabó resolviéndose siempre, a cada instante, en sexo a secas, sin rodeos, sin máscaras, en todas las posibles facetas, hasta sus últimas consecuencias, desde las más triviales y fortuitas hasta las más violentas y sórdidas La obsesión de Kinski por el sexo sólo es comparable a la adicción del heroinómano. Vida y sexo no son sino una y única cosa, permitiendo encajarlo en un artista estéticamente exótico y novedoso; debido a que transforma con intención el valor de lo  ya conocido o visto, diferenciándolo de lo habitual; utilizando un ¨simulacro real¨ en la encarnación precisa y loca de sus personajes. 

Exóticamente Kinski se sale de los parámetros actorales, se sale de lo normal o lógico, adoptando una visión distinta contribuyendo a la reflexión del espectador.
Kinski en su relación con el director Werner Herzog con el cual llevaba una dependencia  de amor-odio, desarrollo una repulsión despertando una serie de reacciones descontroladas, rechazos y fobias hacia el director de sus películas más aclamadas (Herzog). Desencadenando una humillación para con él como una manera de exhibirse y sintiendo un placer estético, con unas actitudes directamente burlescas de aniquilación hacia Herzog y también con una intención de provocar rechazo.

En cualquier caso, las colaboraciones de ambos son consideradas verdaderas obras maestras del cine y, de acuerdo con muchos críticos y aficionados, el mejor trabajo de ambos se produjo cuando hubieron de colaborar, ya que por separado ninguno de ambos alcanzó tales cotas de genialidad.

La más turbulenta colaboración de Kinski con Herzog fue, sin duda, Cobra Verde, en la que representaba al tratante de esclavos Francisco Manoel Da Silva. Durante el rodaje, Kinski atacó físicamente a Herzog y abandonó el set sin haber concluido la filmación. Dicho episodio terminó de romper la relación entre Kinski y Herzog.

Klaus Kinski, se muestra como una persona apasionada, extraña, feroz, sexual (describe varios encuentros íntimos a lo largo de su libro ¨yo necesito amor¨), sórdido, provocador, a veces escandaloso, de una sinceridad perturbadora para lo bueno y lo malo, impúdico, extremista y apasionante.

Desde el primer momento, Kinski se desnuda sobre las páginas sin el menor rastro de pudor, se arranca la piel, realiza una autopsia de sí mismo en vida. Y lo hace con naturalidad y tal sinceridad que muchas veces ofrece una imagen muy poco agradable de sí mismo. Esto no a porta una imagen positiva a la sociedad, por el contrario, muestra una serie de actos donde aquellas personas que han crecido bajo las leyes de un Dios llamarían “satanismo”, aquí se pone en juego la vulnerabilidad de las personas, ­­­¿hasta dónde será capaz de llegar la mente humana? Y ¿qué hay de los niños frente a esto?, son preguntas muy difíciles de responder, pero lo que sí sabemos es que el mundo se llena cada vez más de personas que prefieren lo escandaloso, si algo no tiene escándalo no les llama la atención. Nos hemos convertido en una sociedad “amarillista”.


jueves, 3 de marzo de 2011

Yo necesito amor (Klaus Kinski)



En noviembre de 1991, el actor Klaus Kinski fue encontrado sin vida en su casa de California, cuando, al parecer, llevaba muerto más de veinticuatro horas. Pocos creyeron que Kinski falleciera realmente «por causas naturales». En efecto, alguien que dice de sí mismo «soy como una bestia con uñas. Si no fuera actor, me habría convertido en asesino o mártir» no puede morir como todo el mundo. Estas memorias nos aclaran la razón profunda, casi intolerable, de su extraño comportamiento.

Hacía ya mucho tiempo que teníamos noticia de estas memorias suyas cuando finalmente, en la primavera de 1991, pudimos leerlas. Comprobamos con estupor que se trataba de una confesión descarada y escandalosamente íntima, escrita sin temor ni pudor, de un hombre exasperado, a la búsqueda incansable de un afecto que jamás supo conseguir o conservar, y cuya ansiedad acabó resolviéndose siempre, a cada instante, en sexo a secas, sin rodeos, sin máscaras, en todas las posibles facetas, hasta sus últimas consecuencias, desde las más triviales y fortuitas hasta las más violentas y sórdidas La obsesión de Kinski por el sexo sólo es comparable a la adicción del heroinómano. Vida y sexo no son sino una y única cosa.

De no ser por la descarnada sinceridad que rezuma todo el libro, el lector podría pensar a priori —tal es el infierno que describe Kinski como propio de su vida— que hay en él simple provocación y escándalo. Pero nadie que lea esta confesión estremecedora, nada halagadora para el autor, puede ser llevado a engaño. Hoy, ya fallecido él a los 65 años, se convierte, además, en un valioso documento autobiográfico.

Si alguno quiere leer el libro, les dejo los links de descarga en pdf  (mas que recomendado). 


Integrantes:

Julian Alexis Aguilar 
Yuri Alejandra Correa
Laura Mosquera

Grupo: 301

Informacion Visual

Klaus Kinski 1980




Nosferatu el vampiro,1979  un film clásico del terror que alberga una de sus mejores actuaciones, en un papel hecho a su medida.
 
 Aguirre, la colera de Dios, 1972. Un Klaus Kinski que encarna como nadie la locura


Cobra Verde, 1987

Paganini, 1989


Fitzcarraldo, 1982

Integrantes:

Julia Alexis Aguilar
Yuri Alejandra Correa
Laura Mosquera 

Grupo 301





Informacion Conceptual

Klaus Kinski nació el 18 de octubre de 1926 y murió el 23 de noviembre de 1991. Famoso y controvertido actor alemán, considerado como la última gran estrella del cine alemán. Su auténtico nombre era Nikolaus Karl Günther Nakszynski. De padres polacos, nació en Zoppot, Danzig, Alemania (actualmente Sopot, Polonia) y murió en Lagunitas, California (Estados Unidos).

Kinski sirvió en el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial a causa de las levas forzosas de las Juventudes Hitlerianas, aunque la mayor parte del tiempo la pasó como prisionero de guerra, bajo control británico. Al finalizar la guerra, empezó a actuar en obras de teatro con una troupe ambulante, cobrando fama con sus monólogos de William Shakespeare y del patriarca y prócer de los poetas malditos, François Villon, además de trabajar con grandes directores teatrales que inculcaron el él principios propios del teatro de la crueldad y conceptos de la teoría de la representación que utilizaría durante toda su carrera. Pero pronto pasó a la industria del cine, que consideró mucho más rentable.
 
Debutó en el cine en 1948, en el film Morituri. Actuó en un gran número de películas, casi todas ellas de ínfima categoría, como él mismo reconocía, llegando inclusive a decir "Soy una prostituta. Hago esta basura por el dinero, nada más". No obstante, algunas de ellas fueron películas memorables dentro de sus repectivos géneros, como Doctor Zhivago (David Lean, 1965) y Per qualche dollaro in più (Por unos pocos dólares más o La muerte tenía un precio, Sergio Leone, 1965). Alcanzó cierto renombre con sus papeles de psicópatas y dementes llegando a ser de alguna manera estereotipado en dichos roles.

Su participación en Angel (Venus in Furs o Paroxismus) en 1968, fue el punto de encuentro con uno de los directores con los que más conectó (quizá más que con Werner Herzog), Jesús Franco. Con el director madrileño trabó una gran amistad, quizá debido a la peculiaridad de ambos caracteres. El director es de los pocos que recuerdan con placer a Kinski, afirmando que lo prefiere a él con su locura y temperamento, que a un Christopher Lee, por ejemplo, "demasiado señorito inglés". Otras películas que realizó con Franco fueron Jack the Ripper, El conde Drácula, Justine (Deadly Sanctuary)...

La reputación internacional de Kinski se forjó gracias a sus colaboraciones con el director Werner Herzog —a quien, curiosamente, había conocido cuando Herzog era todavía un niño, pues habían compartido pensión en Berlín— en las películas Aguirre: la cólera de Dios, Woyzeck, Fitzcarraldo, Cobra Verde y Nosferatu, el fantasma de la noche. Entre Herzog y Kinski siempre hubo una difícil relación profesional que se podría calificar de amor-odio y que quedó plasmada en el documental Mi enemigo íntimo, en el que Herzog afirma que ambos llegaron a planear asesinar al otro. Ya desde un inicio, las tensiones entre la dupla Herzog-Kinski habían tocado picos peligrosos y se amenazaron de muerte en repetidas ocasiones. Por otro lado, la actitud de divo que ostentaba Kinski en las filmaciones le granjearon numerosos enemigos, hasta el punto de que, según Herzog, en una ocasión un jefe indio se le ofreció para matar a Kinski. El actor plasmó su rencor y resentimiento hacia Herzog en su autobiografía, en la que dice, refiriéndose a Herzog: "sucio bastardo, que no sabe nada de cine, todo lo rodé yo, no tiene nada de cultura, es un analfabeto" y sigue "le rompería la cara, le cortaría la cabeza, lo mataré con mi fusil de balines". Tal vez el mejor pasaje es cuando comenta el día en que el actor regaló al director unos carísimos pantalones de marca, durante el rodaje de Fitzcarraldo, y el director los llevó "pedorreados" durante todo el tiempo que duró la filmación. Afirma también que es un "cagado y gallina", que le tiene miedo a los indígenas, y que es un cruel y vil que maltrata a los animales y a la gente de su troupe. En fin, para completar el cuadro, hay que decir que Werner Herzog afirma que estos insultos fueron una maniobra publicitaria planeada por ambos.

En cualquier caso, las colaboraciones de ambos son consideradas verdaderas obras maestras del cine y, de acuerdo con muchos críticos y aficionados, el mejor trabajo de ambos se produjo cuando hubieron de colaborar, ya que por separado ninguno de ambos alcanzó tales cotas de genialidad.
La más turbulenta colaboración de Kinski con Herzog fue, sin duda, Cobra Verde, en la que representaba al tratante de esclavos Francisco Manoel Da Silva. Durante el rodaje, Kinski atacó físicamente a Herzog y abandonó el set sin haber concluido la filmación. Dicho episodio terminó de romper la relación entre Kinski y Herzog.

Después de la ruptura definitiva entre los dos artistas, Kinski siguió interpretando papeles en films de muy diverso tipo. Llegó a participar incluso en un film como Las frutas de la pasión, en la que afirma que los actores realizaban el acto sexual de verdad. Otros films de esta época son Androide, La chica del tambor, Venom, Psicópata, Crawlspace... Volvió al papel de Nosferatu en Nosferatu a Venezia y en 1985 rodó a las órdenes del director español Fernando Colomo El caballero del dragón. Parece ser que en este rodaje, Kinski intentó arrancar con la mano las barbas del director y se subió a las espaldas de Fernando Rey.

Su última película, rodada en 1989, marcó su debut como director, guionista y hasta montador, por supuesto con él como protagonista. El título fue Kinski: Paganini, o solamente Paganini, ambicioso proyecto que en inicio pretendía ser una miniserie de 16 horas para la televisión italiana. Según Herzog, Kinski le pidió que dirigiese esta cinta, pero su relación se hallaba tan deteriorada que Herzog declinó el proyecto, asumiendo total control el impulsivo Kinski. Una vez que los responsables y productores del proyecto tuvieron acceso al material inicial que Kinski estuvo filmando decidieron abortar el rodaje, accediendo a lanzarlo como un largometraje y ya no como teleserie. El film terminó siendo un caótico y colorido reflejo de la singular personalidad del actor. El film recibió críticas negativas, que unidas al fracaso económico de la cinta terminaron por defenestrar el proyecto.

A causa de la gran cantidad de papeles de loco y asesino que representó a lo largo de su carrera, y a su comportamiento obstinado y a menudo obsesivo, se le solía considerar un genio demente. Se casó tres veces y, según su propia autobiografía, tuvo al menos cinco hijos, de los cuales a tres (Nastassja, Pola y Nikolai Nanhoï) trató como tales. Los tres son actores.

Kinski, que se había retirado del cine y de la vida pública, preparaba sus memorias cuando murió, a los 65 años, en Lagunitas (California), de un ataque al corazón. Se dice que cuando Fernando Colomo fue informado de la muerte del actor alemán, no pudo evitar decir: "Descansemos en paz".